Sea el día que sea, las dietas siempre empiezan «mañana» y llamar al dentista se puede convertir en una misión imposible. Esto es procrastinar. Dejar para luego lo que puedes hacer en este momento.
Contrariamente a lo que solemos pensar, esto no tiene que ver tanto con la pereza, sino con una falta de motivación. Todos mostramos en mayor o menor medida esta tendencia. Y aunque no es un problema grave en la mayoría de los casos, sí que puede tener consecuencias muy negativas como una merma para nuestra salud física y mental: descuidar la higiene del sueño, comer a deshoras, no llevar a cabo nuestros proyectos puede suponer una gran frustración,… Por lo tanto, nos parece interesante abordar este tema.